«Nunca vas a poder liderar si no confias, es no negociable y sino es un callejón sin salida.”
Ser socióloga, te llevó a la investigación, y al trabajo directo con empresas ¿cómo fue el tránsito de esta trayectoria?
La sociología me estructuró la mirada. Ya sea estrictamente sociológico o aplicado al mundo de los negocios, es entender determinados sistemas sociales respecto a cómo somos en grupos de diferentes amplitudes, con una mirada macro, y observando el detalle. Comprender cómo funciona la cultura con cuestiones de consumo y también atravesando por un enfoque de género desde 2006. En el camino, me encontré con un GRAN MAESTRO, Fernando, que fue quien se dio cuenta de esta mirada que tenía en el detalle.
Entonces hubo alguien clave en este proceso de introspección y carrera.
Tuve mucha suerte de cruzarme con un mentor que se dio cuenta de eso y lo que hizo fue estimular esa mirada. Leer cuál era mi interés y mi pasión peculiar, lo cual fue clave para mi desarrollo profesional a los 20 años de edad. Fernando fue la persona que identificó esto de estar detrás del detalle.
¿Recordás concretamente ese momento?
El caso del sobrecito Tang en una investigación que llevábamos adelante en su consultora cuando yo tenía 20 años. Montamos un experimento en un retail, y aplicamos el modelo científico. Observé que “cuando la gente tenía mucha variedad , elegía lo de siempre” y me quedé completamente enganchada con eso. Había manzana, limón, pomelo, y a mayor variedad, más compraban el Tang de naranja. No podía soltar la idea del sobrecito de naranja, iba y volvía con eso. Fue ahí que Fernando se sentó conmigo y me dijo: hablemos de los sobres de naranja. Vio que era relevante para mí, y generó el tiempo para eso.
» Hay que incorporar el punto de vista del otro a la toma de decisiones. Quitando aquello que está seteado desde la crianza.»
Prestó atención y su tiempo.
Es clave el mentoreo y la inversión del tiempo en un futuro profesional. Él escuchó, supo preguntarme y trabajamos sobre el detalle, eso que me interesaba. Lo levantó y lo puso a la vista.
¿Sentís que sos una mentora?
Sí, más cuando tuviste un buen maestro aprendés a serlo. En este campo formás equipos, y desarrollas la habilidad de ser coach.
«Debe haber paciencia mutua entre el equipo y el líder. «
¿Y cómo es esto de formar equipos, ser emprendedora, y liderar?
El proyecto llega y vas armando tu camino de ser líder, porque hay que dirigirlo. Existen momentos que son individuales para organizar y pensar el horizonte, y el resto es en equipo, donde tenés que ver el entorno y su nivel de exigencia. Aprendés en el camino, donde podés equivocarte en el proceso y dar oportunidades, entendiendo que debe haber paciencia mutua entre el equipo y el líder.
Entonces liderar es un camino a transitar ¿Qué recomendás para el proceso de empatía?
Son 2 situaciones, una es entender que como jefa o jefe, si las metas son excesivamente exigentes, para evitar la tiranía hay que organizarse y replantear las metas. A partir de esto identificar los skills y perfiles necesarios, encontrarlos o desarrollarlos, porque alienar (no empatizar) tiene un efecto contrario en el largo plazo, puede funcionar en primera instancia pero las personas irán rindiendo menos, es casi matemático, más si estás construyendo equipo.
¿Cómo lo identificás, más aún en este proceso de construcción de equipo?
Entender la interjección de la persona con la tarea. Cada persona tiene sus circunstancias, historia e intereses. A veces funciona mejor observar y darse cuenta, y otras veces preguntar, hay que identificar los skills, escuchándolos y formándolos. Luego invertir tiempo en acompañar. Por último, que tolerar la diferencia estilística porque no todos hacen igual su trabajo.
Esta diferencia en estilos, y la idea de confianza para liderar, ¿cómo se linkean?
No todos tienen la misma forma de abordar los temas o resolverlos, hay que tener paciencia y no asustarse, cada uno llegar por su camino. Esto puede generar cierta incertidumbre como jefa. Y para eso hay que confiar, y coachear. Nunca vas a poder liderar si no confias ,es no negociable y sino es un callejón sin salida.
¿Y de la paciencia con la confianza?
La paciencia mutua, con el equipo y con uno mismo. A veces nos y hay que comprender que cuando no se pudo y salió mal, aprender. Reconocerlo para que la próxima situación se encare mejor.
«Cada persona tiene sus circunstancias, historia e intereses. A veces funciona mejor observar y darse cuenta, y otras veces preguntar…»
¿Notas diferencias entre el liderazgo femenino y masculino?
Estoy harta de los esencialismo, los estereotipos. Hay una frase de mi madre que me marcó: “Paula trabaja como un hombre”, y creo que eso al final me hizo un favor, y que por ese comentario me volví feminista. Quise marcar la diferencia de que yo era yo, y no un hombre.
¿Y hacia donde llevar los estereotipos?
Lo que sirve es mezclar las características, dejar de poner por un lado la mujer multitasking con su escucha como condición estereotipadamente femenina, y la preparación para la contienda como característica masculina. Hay que incorporar el punto de vista del otro a la toma de decisiones. Quitar aquello que está seteado desde la crianza. Recuerdo algún caso con Fernando que me acompañaba a reuniones porque algún cliente quería hablar conmigo por ser mujer, y el tenía que indicar que lo hablaran conmigo por esta diferencia estereotipada que impactaba hasta en la duda de la capacidad.
La voz en el liderazgo femenino.
Ahora tenemos más nitidez, y va a suceder que cuando hables no necesariamente a todos les va a gustar lo que decís. Esto es parte del orden patriarcal, y hay que sobreponerse, trabajando en este mix, sin estereotipos que también afectan con presión en el sexo masculino. Nadie es Mick Jagger, que le gusta a todo el mundo (risas) por eso hay que sobreponerse.